domingo, 16 de mayo de 2010
1er. ENCUENTRO-EXHIBICION DE JUDO ESPECIAL
El judo como deporte integrador en jóvenes autistas y con síndrome de Down.
27-12-2009
En el Círculo Calabrés se les enseña este arte marcial a chicos que padecen autismo y Síndrome de Down. Por sus características, les ayuda a perder el miedo al contacto con otras personas
Lo encontró de casualidad, buscando información sobre el tema en internet. Cuando se topó con la idea, y leyó que se trataba de una experiencia que se hacía en España, decidió implementarla en nuestro país, teniendo en cuenta que combinaba dos cosas con las que le apasiona trabajar: el judo como deporte, y los chicos con capacidades diferentes como alumnos de esa disciplina. Hace dos años acercó la iniciativa al Círculo Calabrés de nuestra ciudad, ubicado en calle 40 entre 29 y 30.
“Los resultados son muy buenos, y la práctica ayuda principalmente a mejorar la relación, comunicación y movimiento de los chicos”, cuenta a Hoy Fernando Peranzi, el profesor de educación física responsable de este proyecto.
Una buena imitación
Actualmente, Fernando enseña judo a un grupo de entre 12 y 13 chicos, algunos de los cuales padecen Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), también conocido como autismo; otros Síndrome de Down, y otros no tienen ningún trastorno. No lo hace solo; dos profesores trabajan con él, de forma tal que cada uno pueda dedicarse a un grupo reducido. Sus compañeros son Sabrina Cabrera y Emiliano Dentti, todos supervisados por la psicóloga Cecilia Peranzi.
Según el relato de Fernando, tomó conocimiento de lo que era el “judo integrador” leyendo acerca de un proyecto de investigación científica que lleva el nombre de la doble campeona olímpica de judo, Isabel Fernández, y que tiene lugar en Alicante, España. Cuando él mismo pudo llevarlo a la práctica, comprobó lo beneficiosa que resultaba esta variable del arte marcial.
El miércoles pasado se realizó un encuentro de judo integrador en el Círculo Calabrés, del que también participaron alumnos del Club Deportivo La Plata, muchos de ellos derivados desde el Consejo de Integración de la Municipalidad de La Plata. En total, hubo más de 20 chicos con sus padres. “Salió bárbaro”, expresó Fernando, y agregó que “además de una exhibición de judo, se le entregó el cinturón amarillo a un niño que padece autismo, y el de color naranja a otros dos alumnos”. También se les dieron medallas a todos, y se agradeció a los padres.
“Aprenden igual”
“Los logros son pequeños, pero muy importantes”, señala Fernando, y explica que el judo integrador persigue una doble conciencia, tanto por parte de los chicos sin discapacidades como de los padres (ver recuadro Más difusión). “A veces son los mismos padres los que se cierran a que el chico haga alguna actividad, porque piensan que no será capaz de hacerlo”, cuenta Fernando, que asegura que los niños con autismo también aprenden, igual que los que no padecen ese trastorno, sólo que a diferente ritmo y tiempo. Como muchos de estos chicos tienen problemas para relacionarse con las personas, este deporte resulta óptimo, teniendo en cuenta que se practica de a dos, y fomenta el contacto. Lo interesante es que, más que acatar las órdenes o instrucciones que se les da, los niños con autismo pueden proponer sus propias soluciones, y no necesariamente las que se les imponen.
¿Las mayores dificultades? “Suele suceder que conseguir respuestas de su parte no es tan fácil, y que hay que insistir más para enseñarles algún paso: enfocarles la vista y tratar de que nos imiten”, cuenta Fernando y enfatiza que “el de ellos es un aprendizaje mucho más lento”, pero aprendizaje al fin.
Los profesores también se las tienen que ingeniar para comunicarse con ellos, dado que muchos chicos no tienen lenguaje verbal. En este sentido, sirven los pictogramas o dibujos con las tomas y los movimientos que los profesores quieren que hagan.
Más difusión
En mayo del año que viene se va a realizar un Congreso de Judo y Autismo en las instalaciones del Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento, dependiente de la secretaría de Deporte de la Nación). El evento estará auspiciado por la Federación Bonaerense de Judo y la Confederación Argentina de Judo. “La idea es difundir esta actividad porque muchas veces los padres no saben dónde llevar a sus niños porque no encuentran espacios, o se cierran pensando en que sus hijos no sirve para ninguna actividad porque son especiales y desorganizan la clase o no aprenden, y esto no es así”, señala Fernando, y subraya que “tiene que haber un cambio de conciencia tanto en la gente “normal”, de saber que hay personas diferentes que tienen su ritmo o su forma de aprendizaje diferente; como en los papás de los niños especiales, para que se abran y saquen a sus hijos de terapias o tratamientos rígidos, y les den la posibilidad de relacionarse con los demás y jugar como cualquier niño lo hace”.
También a comienzos del año que viene se abrirá un centro educativo terapéutico en Los Hornos, con varios tratamientos y actividades integradoras como natación y judo, por ejemplo. El centro se llamará “Bambú”.
domingo, 22 de noviembre de 2009
Este video muestra una presentacion de judo para niÑos especiales, forma de aprendizaje de este deporte a traves de actividades y juegos, formas de integrar a personas con autismo a una clase de judo, este pryecto se tomo como referencia el proyecto de isabel fernandez campiona olimpica de judo ella lo comenzo en alicante y yo fernando peranzi lo estoy llevando a cabo en Argentina Ciudad de La Plata. Peranzi Fernando, Prof. en Educacion Fisica, Profesor de Judo. Cualquier consulta comunicarse al mail fernandoperanzi@hotmail.com.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
•La UNESCO ha declarado este deporte como el más aconsejable desde la infancia hasta los catorce años, ya que permite, mediante el juego y la diversión, conjugar factores esenciales para el desarrollo del individuo, como la coordinación de movimientos, la psicomotricidad, el equilibrio, la expresión corporal o la situación espacial. La práctica del Judo es enormemente motivador y logra que el niño se entregue de forma plena y sin reservas a la acción que entraña el propio juego aportando sus propias soluciones, sus respuestas personales y no las impuestas o sugeridas por el adulto.
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